al 2009 entrale con ganas!
Recuerdo que un invierno mi padre necesitaba leña; así que buscó un árbol muerto y lo cortó. Pero luego, en primavera, vio, desolado, que al tronco marchito de ese árbol le salieron brotes nuevos.
Mi padre dijo: "Estaba seguro de que ese árbol estaba muerto. Había perdido todas las hojas en el invierno. Hacía tanto frío, que las ramas se quebraban y caían como si no le quedara al viejo tronco ni una pizca de vida. Sin embargo, ahora advierto que aún había vida en ese tronco".
Y volviéndose hacia mí, me aconsejó: "Nunca olvides esta importante lección. Jamás cortes un árbol en invierno. Jamás tomes una decisión negativa en tiempo adverso. Nunca tomes las más importantes decisiones cuando estés en tu peor estado de ánimo. ¡Espera! Sé paciente. La tormenta pasará. Y recuerda que la primavera volverá".